La piel de los pequeños sin duda es más delicada que la de una persona adulta, esto es porque por meses han permanecido dentro de la capa protectora de mamá, la placenta, y cuando nacen se vuelven totalmente vulnerables al frio al calor, y a las texturas, así mismo es necesario entender que debido a que esa capa protectora ya no está, su piel puede sufrir ciertas alergias con las telas que los vestimos o con lo que lavamos esas telas pues no todos los niños pueden tolerar los químicos con los que están elaborados.
Tal y cómo lo realizamos nosotros con las prendas nuevas, es necesario que sean lavadas antes de usarse, el factor que debe motivar a lavarlas es por que algunos fabricantes ocupan muchos químicos entre sus procesos textiles (colorantes, grasa de las maquinas además de ser manipuladas por un sin fin de personas). Aunque obviamente en cada proceso de producción se le da un último enjuague para que no se quede con restos de materiales de fábrica, al final terminan pasando por
infinidad de procesos post producción para su comercialización con lo que tenemos muchos microbios dentro de la ropa.
La ropa para bebé se debe de lavar perfectamente y secada a la sombra, puede ser a mano o a máquina según las instrucciones de lavado de la prenda aunque la verdad es mucho más práctico lavarla a mano porque se trata de una prenda muy pequeña lo que implica menos gasto de energía si consideramos que puede tomarnos 10 minutos a dejarlas en un ciclo de 40 minutos.
Existen algunos jabones hipoalergénicos que ayudan a que no les cause alergia el jabón convencional por la gran cantidad de químicos que hay en los detergentes convencionales y los que están elaborados para los bebés eliminan ciertos ingredientes de las mezclas, así que para usar uno debes de checar que este aprobado dermatológicamente para no causar alergias y además que sea efectivo para quitar las manchas de comida que inevitablemente tendrán.