• Entiende sus señales y comunícate con él
Es cierto que cada bebé tiene su propia forma de expresarse, pero muchas de las señales visuales que utiliza son universales.
Cuando el bebé gira la cabeza hacia el pecho materno o se chupa las manos, indica que es hora de amamantarlo. Cuando arquea la espalda, significa que se siente incómodo o irritado por un exceso de estímulos externos. Si frunce el ceño, podría indicar que hay demasiada luz. El llanto es más difícil de interpretar, ya que puede deberse a muchas cosas distintas, pero si logras mantener la calma, puedes repasar mentalmente sus posibles significados y dar con una respuesta: "Estoy cansado", "Cámbiame el pañal", "Aliméntame", "No me siento bien, mami".
• Fomenta su seguridad y confianza
Según aprendes a entender las señales de tu bebé, él empezará a sentirse seguro, ya que sus necesidades básicas están cubiertas. A partir de ahí, puedes ayudar a tu hijo a acostumbrarse a los cambios y a desarrollar su propia capacidad de adaptación y autoconsuelo.
• Responde a sus necesidades
Es fundamental aceptar las necesidades emocionales de tu bebé, ya que con ello le das un mensaje importante: "Tus sentimientos sí cuentan, te cuidaremos bien y tendrás una base confiable y segura para empezar a explorar el mundo". Una forma de dar validez a las emociones de un niño es reconocer verbalmente la incomodidad, la estimulación o lo que pueda estar sintiendo el niño. Recuerda que tu hijo es capaz de percibir tus intenciones aunque no comprenda tus palabras.
• Fomenta el contacto, juega y ríe con él
Los bebés necesitan caricias y apoyo constante para poder tener el futuro una correcta salud física, mental, social y emocional. Así que no te cortes: acarícialo, abrázalo y juega con él. Para estimular el contacto y favorecer el vínculo afectivo con tu bebé, puedes hacerle masajes con aceite Johnson´s® baby, especialmente indicado para su delicada piel .