11 Pasos Para Enseñarle A Un Niño A Ir Al Baño
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diciembre 02, 2009
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Una de las etapas del desarrollo de los niños que los padres suelen esperar con ansiedad es el momento de quitarles el pañal. Después de haber cambiado cerca de dos mil pañales al año (es cierto, calcula unos 6 al día), seguramente no veas la hora en que tu pequeño empiece a ir al baño solito. Lo que pocos mamás y papás saben es lo mucho que se puede tardar. Y aunque es verdad que algunos niños aprenden en pocos días, también es cierto que muchos otros tardan varios meses. La posibilidad de que logres enseñarle a tu hijo con éxito aumentará si aprendes las reglas básicas del entrenamiento, y logras transmitírselas con claridad a tu niño.
Primer paso: Identifica las señales de que tu niño está listo
Algunos niños están listos para empezar el proceso de retirada del pañal a los 18 meses de edad, pero hay otros que no demuestran el más mínimo interés hasta que tienen 3 años o más. En Estados Unidos, la mayoría de los padres empiezan a entrenar a sus hijos cuando tienen entre 2 y 2 años y medio, pero en muchos países latinos se solía empezar mucho más temprano, sobre todo en generaciones anteriores, cuando los pañales se tenían que lavar a mano (¡y hasta hervir!) en casa. O sea que no te sorprendas si tu madre o tu suegra insisten en decirte que les quitaron los pañales a sus hijos antes de que cumplieran un año. Es posible que lo hayan hecho, pero quizás dedicaban una buena parte de su tiempo a limpiar "accidentes", ya que a esta temprana edad los niños aún no tienen la capacidad de controlar sus funciones corporales. Físicamente, la mayoría de los niños desarrollan la capacidad de controlar sus esfínteres alrededor de los 3 años, y hasta los 5 años se considera normal que tengan algunas instancias de incontinencia urinaria.
Hoy en día, con la facilidad de los pañales desechables y el conocimiento de que no es bueno forzar a los niños antes del debido momento, lo mejor es esperar a que tu hijo empiece a mostrar ciertas señales de que ya está listo para empezar a ir al baño solito en lugar de presionarlo a que empiece a entrenarse sin estar preparado. Algunas preguntas que puedes hacerte para ver si está listo son: ¿obedece instrucciones sencillas?, ¿camina y se sienta solito?, ¿trata de imitar a los adultos o hermanitos cuando van al baño? Recuerda también que algo que te haya ido muy bien con tu primer hijo podría no funcionar con el segundo. Lo bueno es que los hijos que vienen después suelen aprender con mayor rapidez que los primogénitos, aunque los varoncitos suelen tardar más que las niñas.
Piensa también en otros factores aparte del nivel de desarrollo y preparación de tu hijo. Si en este momento tu pequeño está pasando por un gran cambio en su vida, como ir a una nueva escuela o guardería, o la llegada de un hermanito, es muy probable que el proceso de retirada del pañal se vuelva más difícil, y lo ideal sería postergarlo hasta que la situación se estabilice.
Tampoco tiene sentido empezar a enseñar a tu niño en un momento en que tú no puedas dedicarle el tiempo, la paciencia y el buen humor necesarios. Si estás ocupadísima remodelando la casa, o sufres náuseas matinales debido a un nuevo embarazo, éste seguramente no es el momento de quitarle el pañal a tu hijo. Lo mejor es esperar un par de semanas, o meses, hasta que las cosas estén más tranquilas.
Si la presión para enseñarle a ir al baño viene de parte de tu mamá u otro familiar con muy buenas intenciones, explícales con delicadeza los motivos por los que piensas que ni tú ni tu niño están listos aún, y resáltales que prefieres esperar un rato para poder hacerlo con tranquilidad. Igualmente, si estás fuera de tu entorno habitual, de vacaciones o pasando una temporada en casa de un familiar, lo mejor es esperar. Los inevitables accidentes pueden causar tensiones en casa ajena y tu hijo se sentirá menos cómodo que en su propio hogar.
Segundo paso: Compra el equipo necesario
Lo primero de todo es invertir en una buena sillita orinal o un asiento especial que se acople al inodoro de tu baño. Elije el que tú prefieras, pero asegúrate de que tu hijo pueda tocar el suelo con sus pies o tenga un escalón o banquito donde apoyarlos (si se trata de un asiento que se coloca sobre el retrete) para que tenga firmeza y estabilidad, y pueda pujar al evacuar. Si además compras o sacas de tu biblioteca local libros infantiles o videos sobre el tema, seguro que despertarás aún más el interés de tu niño.
Si tienes un varón y piensas comprarle un orinal infantil, busca uno sin la concha protectora para la orina o que traiga una que se pueda quitar. Aunque las conchas protectoras ayudan a evitar que al varoncito se le escape algún chorrito fuera de su inodoro, tienen el inconveniente de que los niños a menudo se golpean o arañan el pene al sentarse y levantarse, lo cual puede desmotivarlos a que usen el orinal.
Tercer paso: Crea una rutina para tu niño
Para empezar, haz que tu niño se siente completamente vestido en su orinal una vez al día, después de desayunar, antes de bañarse o cuando normalmente suele hacer del baño. Así se irá acostumbrando al orinal y empezará a aceptarlo como parte de su rutina diaria. Si no se quiere sentar, no te preocupes. Lo importante es que jamás debes forzarlo, ni obligarle a permanecer sentado. Y, sobre todo, no insistas demasiado si lo notas aprensivo.
Si esto ocurre, lo mejor es guardar su orinal o por lo menos dejarlo a un lado por algunas semanas o un mes, y luego volver a intentarlo. Si después de esta tregua está dispuesto a sentarse, excelente; pero aún no intentes explicarle por qué debe hacerlo, por ahora, tu único objetivo es que se acostumbre a su orinal. Por lo tanto, asegúrate de colocarlo en un lugar accesible y conveniente. Como es portátil, puedes llevarlo al jardín o al salón donde suele jugar el niño.
Cuarto paso: Dile adiós al pañal
Una vez que tu niño ya esté plenamente acostumbrado a sentarse vestido en su orinal, el siguiente paso es lograr que lo haga sin el pañal. Recuerda que es algo que nunca ha hecho antes y que necesita acostumbrarse a la sensación de estar ahí sin ropa. Ésta es la etapa en que empezarás a explicarle que así lo hacen mami, papi (y los hermanitos que tenga) todos los días. O sea, explícale que cuando ya eres mayorcito te quitas la ropa antes de hacer pipí o popó.
Si el niño hace algo en el orinal, muy bien, pero no se lo exijas ni insistas demasiado. Recuerda que es importante esperar a que tu niño muestre señales de que está interesado en ir al baño solito.
Quinto paso: Muéstrale cómo se hace
Los niños aprenden imitando a los adultos, por lo tanto la manera más natural de que aprendan a usar el inodoro es viéndote hacerlo. Aunque papá querrá que su varoncito haga pipí de pie como él, es más fácil que empiece a hacerlo sentadito, y que más adelante papá o el hermanito le enseñen a hacer pipí de pie. Seguro que no tardará nada en imitarlos.
Cuando le estás demostrando cómo se usa el inodoro, es bueno que le vayas explicando lo que estás haciendo, le enseñes lo que has "producido", y le muestres que al final te limpias, te vistes, tiras de la cadena y te lavas las manos.
Si hay un hermanito o hermanita mayor que ya sabe usar el baño, él o ella también le pueden hacer una demostración al pequeño. Los niños ponen mucha atención cuando los "maestros" tienen casi la misma edad que ellos.
Sexto paso: Explícale el proceso
Algo que también te podría ayudar es enseñarle a tu hijo adónde van sus evacuaciones. La próxima vez que ensucie el pañal, llévalo a su orinal, siéntalo y luego vacía el pañal en su orinal por debajo de él. Esto le ayudará a asociar el acto de sentarse en el orinal y hacer popó. En seguida haz que te acompañe al baño y vacía el contenido de su orinal en el inodoro grande. Permítele que tire de la cadena si quiere (pero no insistas si notas que le da miedo), para que vea adónde va su caquita. Enséñale a vestirse y lavarse las manos al final.
Séptimo paso: Motívalo a ser independiente
Motiva a tu niño a usar su orinal siempre que tenga ganas de hacerlo, pero asegúrate que sepa también que te lo puede pedir a ti, y que tú lo llevarás al baño cuando quiera. Si puedes, permítele que de vez en cuando circule por la casa sin pañales y mantén su orinal a la mano. Cuanto más tiempo lo dejes sin pañal, más rápido aprenderá, aunque tú tendrás que estar dispuesta a limpiar algunos charquitos. Dile que puede usar su orinal cuando quiera, y de vez en cuando recuérdale que está ahí para cuando lo necesite.
A veces los niños no permanecen sentados el tiempo suficiente para lograr relajarse y hacer del baño. Calmadamente, procura motivarlo a que se quede sentado por al menos un minuto. Te será más fácil lograrlo si le haces compañía, hablándole o leyéndole un libro.
Elogia a tu niño cada vez que haga sus necesidades en el orinal, así empezará a darse cuenta de que usar correctamente el orinal es un logro. Pero a la vez que es importante halagarlo, procura no exagerar, y evita transformar cada ida al baño en un gran acontecimiento, de lo contrario tu niño empezará a ponerse nervioso o avergonzarse ante tanta atención.
Octavo paso: Compra pantaloncitos de entrenamiento
Puede que te sirvan de ayuda los pantaloncitos de entrenamiento (son ropa interior infantil con una protección extra absorbente, o pañales desechables que se suben y bajan como la ropa interior), ya que permiten que tu hijo se los quite y se los ponga él solito. A algunos niños les gustan y les funcionan muy bien, pero para otros no son más que un tipo diferente de pañal, por lo cual no cumplen con su función de entrenamiento. A estos niños les motiva más ponerse ropa interior de verdad que esta clase de pantaloncitos o pañales.
Noveno paso: Acepta sus deslices con buen humor
No hay niño que domine completamente el arte de ir al baño solito sin antes tener una serie de pequeños "accidentes". Cuando esto ocurra, no debes enojarte con tu niño ni castigarlo; recuerda que hasta hace muy poquito tiempo tu hijito aún no había desarrollado completamente sus músculos, y por lo tanto no tenía el control necesario para lograr contener la orina o las deposiciones. Con el tiempo, tu pequeño se volverá muy competente, pero mientras esté aprendiendo, lo mejor que puedes hacer es limpiarlo calmadamente cuando se le escape el pipi o el popo y sugerirle que la próxima vez trate de usar su orinal.
Décimo paso: Comienza el entrenamiento nocturno
Aunque tu hijo se mantenga limpio y seco durante todo el día, puede que pasen varios meses, o incluso años, hasta que logre controlar sus necesidades durante la noche, o sea que aún no te deshagas de sus pañales. A esta edad, su organismo no ha madurado lo suficiente para lograr despertarlo siempre que necesite hacer pipí. Para ayudarle a mantenerse sequito, no le permitas beber demasiado líquido antes de acostarse y recuérdale que si se despierta en el medio de la noche, te puede llamar para que le ayudes a ir al baño. Otra cosa que puedes hacer es colocar su orinal al lado de la cama por si quiere usarlo.
Una vez que tu niño haya despertado completamente seco cinco noches seguidas, habrá llegado la hora de empezar el entrenamiento nocturno. Cubre el colchón con un plástico o una protección impermeable por debajo de la sábana, y acuesta a tu hijo sin pañales. Si tu pequeño no parece aprender cómo aguantar la noche sequito, vuelve a ponerle pañales por las noches e intenta quitárselos otra vez al cabo de unos meses.
Onceavo paso: Celébralo, ¡lo has conseguido!
Créenos, si tu niño está listo para aprender esta nueva habilidad, lo hará con mucho éxito. Y si en lugar de tratar de apresurarlo esperas a que verdaderamente esté preparado, todo el proceso será mucho más fácil y menos latoso, tanto para ti como para tu hijito. Tarde o temprano, tu niño aprenderá a ir al baño como los adultos, y tú no tendrás que volver a pensar en este asunto… al menos hasta la llegada del próximo bebé.
Via: espanol.babycenter.com
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