La sudamina o miliaria es un sarpullido que aparece en la piel del bebé debido a la obstrucción de los conductos de las glándulas sudoríparas. Se produce porque estas glándulas aún no están maduras y como resultado aparecen unos granitos del tamaño de la cabeza de un alfiler, generalmente rojos o blanquecinos. Suele afectar a zonas de la piel más ricas en glándulas del sudor, como la frente, la cara, el cuello y la espalda.
Hay que tener en cuenta que, aunque es más común durante el verano, cualquier momento en el que el bebé sude demasiado va a favorecer la aparición de la sudamina. Por eso, para prevenirla, basta con un usar el sentido común:
No abrigues demasiado al niño. Si ves que está sudando y tiene calor, quítale alguna capa.
No le pongas ropa muy ajustada y elige tejidos que transpiren bien, como el algodón, que además es muy absorbente y elimina la humedad de la piel del bebé.
Mantén una higiene adecuada. Aunque se recomienda bañar al bebé solo cada dos o tres días, puedes aumentar la frecuencia en verano si ves que el bebé tiene mucha tendencia a la aparición del sarpullido.
Evita el calor excesivo: busca rincones frescos de la casa, usa el ventilador o aire acondicionado y, por supuesto, evita salir a la calle con el bebé en las horas de más insolación.
Tratamiento de la sudamina
No existe un tratamiento específico, ya que es una afección benigna que desaparece fácilmente. Lo que se recomienda es evitar obstruir aún más los conductos de las glándulas con talco y cremas muy espesas pero, por lo demás, puedes mantener los cuidados habituales de la piel del bebé.