Huesos Fuertes
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diciembre 05, 2013
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El hueso no es un tejido inerte, sino vivo. Crece y se desarrolla a lo largo de la infancia y la juventud hasta los 25 años, y a partir se ese momento empieza a decrecer muy lentamente. Una buena alimentación y el ejercicio físico lo hace más resistente.
El ejercicio físico, una alimentación equilibrada, la herencia genética y ciertos factores hormonales influyen en el desarrollo de los huesos. Estos son algunos hábitos beneficiosos para cuidar los huesos de tus hijos.
1. Hacer ejercicio físico
El movimiento fortalece los huesos, desarrolla los músculos, activa la circulación sanguínea y evita el sobrepeso. Los deportes más adecuados para niños pequeños son jugar al aire libre y nadar, y para los niños mayores los deportes de equipo (fútbol, balonmano y balonvolea) y el patinaje, el esquí y el tenis.
2. Tomar leche y derivados
El calcio da resistencia y dureza a los huesos. La fuente más importante de este mineral son los productos lácteos; pero también contienen alguna cantidad de este mineral el huevo, la carne, el pescado y las legumbres.
Los niños necesitan de 800 a 1200 mg de calcio al día, que lo aportan dos o tres raciones de lácteos. Una ración de lácteos equivale a un vaso de leche, dos yogures o una porción de queso.
3. Comer alimentos ricos en vitamina D
La vitamina D es imprescindible para que el calcio se fije en los huesos. Los niños necesitan de 200 a 400 UI a diario, que consiguen con una dieta variada.
Los alimentos más ricos en esta vitamina son la yema de huevo, la leche, la mantequilla y el pescado. El sol ayuda al organismo a sintetizarla, por eso es tan importante que jueguen o paseen cada día al aire libre.
Señales de alarma
Si notas que tu hijo tiene alguno de estos problemas, debes consultarle al pediatra:
Cojera.
Dolor persistente en un punto (siempre el mismo) del hueso.
Calambres, cansancio, alteración del sueño y pérdida del apetito, porque pueden indicar que el niño hace demasiado deporte.
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