EL DUELO EN LA INFANCIA

chino bravo
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No hay que mentirles. Si alguien cercano se ha muerto o sabemos que va a fallecer, los niños necesitan participar de alguna manera del duelo familiar.


¿Cómo reaccionará el niño?

Con rabia, tristeza o preocupación por si puede morirse él mismo o sus padres. En este caso, hay que tranquilizarle y explicarle que eso es muy difícil, que lo normal es que la gente se muera de vieja.
Puede sufrir alteraciones del sueño, del apetito, etc.
Cuando estas reacciones se dan dentro de unos límites y no duran demasiado, son sanas y forman parte del proceso normal del duelo.
Los padres, el apoyo de los hijos

Los padres deben admitir ante el niño sus emociones y dejarle expresar las suyas, aunque sin exagerar ni dramatizar.
Es importante transmitirle un mensaje de seguridad y confianza en el futuro.
El niño tiene que contar con la compañía tranquilizadora de los padres o quien haga esa función. Estos han de mostrarse disponibles para ayudarle a asimilar la muerte de esa persona cercana, dejarle hablar sobre ello todo lo que quiera y estar atentos a su estado de ánimo.

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