Sin prisa para quitarle el pañal
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octubre 01, 2013
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Conviene tener en cuenta que es fácil que lo que el pequeño quiere conseguir no esté todavía en consonancia con sus habilidades y que se sienta frustrado. Bastante se exigen ellos a sí mismos como para que los sobrecarguemos con nuestra propia ansiedad. Por ejemplo,
hacia los dos años empiezan a sentirse incómodos con los pañales sucios y muestran interés por usar el orinal o el váter. Sin embargo, presionarle para que lo haga cuando no está preparado no haría más que empeorarlo. Por no hablar de regañarle si se hace pis encima... Quitarle el pañal antes de tiempo solo acarrea frustración, para el niño, para la madre y para la vecina que os invita a merendar y acaba con la alfombra mojada. Por suerte para la hija de Paula, fue como un juego. “Empecé a probar a llevarla sin pañal cuando vi que me pedía hacer pis y llevaba varias noches sin mojarlo. Pusimos el orinal en su alfombra, con sus juguetes, y le encantaba. Lo llamaba “la mariquita”, porque tenía lunares y carita. Enseguida empezó a sentarse sola, sin avisar, y venía orgullosa a llamarme cuando había hecho caca o pis”.
Sin embargo, la experiencia de Lourdes fue bastante diferente: “Alrededor de los 2 años, a Aarón siempre lo sacaba a la calle con pañal para evitar sorpresas. Al principio, él empezó a pedirme con insistencia hacer pis o caca, era muy escrupuloso y no le gustaba hacerlo en el pañal. Sin embargo, por comodidad mía o porque era más fácil así, yo le “obligaba” a hacerlo en el pañal, para acabar antes y no tener que buscar un sitio adecuado. Creo que ahí metí la pata porque luego, cuando me lo pidieron en la escuela infantil, me resultó muy difícil conseguir que fuera al baño y tardó bastante más que la mayoría de sus compañeros en independizarse del pañal. Me parece que no supe aprovechar su momento”, confiesa Lourdes. Y es que de eso se trata, de saber escuchar al pequeño y facilitarle su aprendizaje, respetando su proceso.