La Cesárea

chino bravo
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Multitud de orígenes parece haber para la cesárea y para la proveniencia de su nombre, unos lo atribuyen al Emperador Cayo Julio César, de quien dicen cogieron su nombre por haber nacido él mediante esta técnica pero, puesto que hay constancia de que su madre Aurelia continuaba con vida muchos años después de su alumbramiento, parece poco probable, por no decir imposible, que sea cierto. Por aquel entonces las cesáreas se realizaban únicamente en mujeres que hubiesen fallecido, y siempre que se considerase que el bebé pudiera ser salvado, según mandaba la Lax Caesarea.


Leyendas sobre la cesárea
En el Rig-Veda, el libro más antiguo de la cultura hindú, se relata como Indra, el supremo dios védico, se negó a nacer por la "antigua vía ya probada" y deseó "salir oblicuamente por el lado" a pesar de las malas consecuencias que esto traía aparejado a la madre. Otra leyenda recogida en el libro antiguo de los budistas Mahavastu nos dice que Siddharta Gautama salió puro e inmaculado del lado derecho de su madre Mâyâ, recibido por el propio Indra.

En la mitología griega también se pueden encontrar dioses nacidos de esta forma como Asklepios, el dios de la medicina, o Dionisos, dios del vino. La cesárea juega un importante papel en tradiciones y leyendas de otros muchos pueblos como los persas, los islandeses y en otras tradiciones como las nórdicas y africanas, entre otras. Por todo ello, se ha llegado a pensar que incluso los hombres de la prehistoria la practicaban.

Primeros datos sobre la cesárea
No se sabe con exactitud cuándo fue la primera intervención en una mujer viva, aunque se habla sobre una operación hacia el año 1500 d.C. realizada por un matarife de cerdos en su esposa, tras la que vivieron tanto su mujer como el bebé de ambos, pero como la información no se divulgó hasta un siglo después, los historiadores no se ponen de acuerdo sobre si esta historia es real o no.

En lo que sí coinciden los historiadores médicos es en que la evolución de la cesárea en la embarazada viva ha sido uno de los capítulos más aparatosos de la historia de la medicina. Ya hemos visto que esta operación se llevó a cabo desde, al menos, la Antigua Roma y, sin embargo, no fue hasta el año 1794, en Estados Unidos, donde encontramos un caso de éxito rotundo: el médico Jesse Bennett consiguió realizar esta operación en su esposa con la recuperación total tanto de la mamá como de su hijo.

¿Y actualmente?
Desde el siglo XVIII hasta ahora el panorama alrededor de esta intervención ha cambiado drásticamente. Actualmente es una operación bien conocida y regulada, cuya tasa de realización se sitúa, según la Organización Mundial de la Salud, en un 10% - 15% de entre todos los nacimientos de los países desarrollados siendo, en su gran mayoría, operaciones realizadas con éxito.

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