Niños Zurdos

chino bravo
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La educación de un niño zurdo no tiene por qué ser distinta a la de un niño diestro. Lo único que pueden hacer los padres en el primer caso es apoyar, comprender, y colaborar en gran medida para que sea más fácil para su hijo zurdo desenvolverse en un mundo pensado y diseñado para personas diestras. En nuestra vida diaria la mayoría de las actividades está orientada a una sociedad de diestros. El ratón y el teclado del ordenador, la cuerda del reloj, las palas de las sillas del colegio, y un montón de cosas más.


La zurdera no es un problema. El problema reside solamente en asegurar la comodidad de los niños zurdos, evitando así su frustración o que se sientan discriminados.

Los padres juegan un gran papel en este sentido. En casa, ellos pueden ayudar a su hijo zurdo a abrocharse los cordones de los zapatos, por ejemplo, sentándose frente a él e ir guiándolo como se tratara de una imagen reflexionada en un espejo. La paciencia y la comprensión son ingredientes básicos en la educación. En el colegio, los profesores deben ser informados de la zurdera de un niño desde el principio, para que puedan prestarles la atención que necesitan, y determinar algunos cambios para una mejor comodidad para el niño, como por ejemplo, sentarlo al lado izquierdo de los pupitres dobles o junto a otro niño zurdo para evitar que su codo moleste al compañero diestro, o sentarle al lado derecho de la clase en relación a la pizarra para que pueda ver la escritura del profesor desde el mismo ángulo que él mira su escritura sobre el papel. Medidas como estas atenúan las dificultades del niño zurdo.

Es muy importante que un niño zurdo sepa porque es zurdo y que otros niños también lo son, ya que eso le defenderá delante de una situación difícil. Algunos padres se preocupan cuando su hijo se inclina por la mano izquierda, por consideraren la zurdera como un trastorno de aprendizaje. Claro que un niño zurdo tendrá problemas para integrarse a la escritura, pero la dificultad residirá apenas al principio. No existen razones para pensar que la zurdera es un trastorno ni de aprendizaje, ni de lenguaje o inteligencia. Tampoco es síntoma de destreza. Los zurdos son tan hábiles como los diestros, desde cuando usen su mano preferida.

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