La Seguridad del Mejor Amigo

chino bravo
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Muchos niños de cuatro o cinco años (sobre todo las niñas) tienen un mejor amigo con el que comparten juegos y confidencias. Aparentemente no juegan con nadie más, ¿puede ser perjudicial?


El mejor amigo restablece un poco la fusión con la madre. Es tranquilizador para un niño que se siente siempre vulnerable en un mundo de mayores. El “ alter ego” viene a reforzarle en su sentimiento de existencia.
A veces el amigo puede aliviar las heridas secretas de un niño. Con los hermanos y hermanas generalmente existen rivalidades y celos, mientras que con el amiguito o amiguita casi todo es agradable, no hay celos. Al contrario, incluso puede ayudar a superar, por ejemplo, la crisis emocional provocada por el nacimiento de un hermanito o hermanita. A veces precisamente en momentos así vemos nacer fuertes amistades, y para algunos niños es una verdadera tabla de salvación.
Así que solo debemos limitarnos observar si esa amistad es demasiado desequilibrada, si hay una relación de dominio o de subordinación con el otro niño. Solo en el caso de que uno de los niños tuviera una influencia excesiva sobre el otro, deberíamos tomar cartas en el asunto. Quizás cambiando de parque, explicándole que “el anterior está en obras” y convenciéndole de que el nuevo es más bonito. Los primeros días quizás lo pase mal, pero seguro que en breve conocerá a otro “mejor amigo”. Claro que hay que darle la oportunidad de relacionarse con otros niños (invitándoles a su cumpleaños, por ejemplo), pero si tu hijo quiere tener un amigo especial y no se dan en esa relación aspectos negativos, no es nada malo.

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