El Embarazo durante Navidad

chino bravo
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Llegan las cenas de trabajo, las reuniones familiares, las sesiones de compras... Pero este año es especial. Un bebé está en camino y su futura mamá tiene que cuidarse para que los dos estén en plena forma. Te explicamos qué alimentos típicos de Navidad puedes comer, cuáles están prohibidos, qué bebidas debes evitar.


La mayoría de las celebraciones navideñas transcurren alrededor de una mesa llena de manjares, y muchas embarazadas ven como un fastidio no poder tomar algunos alimentos. Sin embargo, el abanico de posibilidades es muy amplio: exquisitos pescados al horno, nutritivos asados de pavo o caza, la piña natural, una fruta muy consumida en estas fechas que actúa como digestivo natural, purés de castaña o manzana... Basta con echarle imaginación y, tal vez, adaptar un poco las recetas, para poder disfrutar de los placeres de la buena mesa. Eso sí, teniendo cuidado con:
Los atracones: "Un día es un día", decimos cuando estamos de fiesta... Hoy es una comida especial, pero mañana hay una cena especial, y así suma y sigue durante 15 días. Estando embarazada, hay que intentar moderarse y no solo porque cuanto más peso cojamos durante el embarazo, más difícil será recuperarnos después, también por nuestro bienestar. Evitar los atracones e ingerir menos cantidad de alimentos en cinco comidas al día puede ser una buena solución, además de evitar tumbarse inmediatamente después de comer.
Los caprichos: Un trozo de turrón o mazapán está bien, pero no conviene abusar de dulces y pasteles. Ahora sí, para endulzarnos las fiestas son perfectos los postres a base de fruta, como la compota o la manzana asada, o los helados de yogur. Del mismo modo, las salsas que acompañan a pescados y carnes, los fritos y, por ejemplo, pasteles de carne u hojaldres, deberían consumirse solo esporádicamente, al igual que las comidas picantes o los patés.

Los expertos no dejan de advertir sobre las consecuencias negativas del consumo de alcohol durante el embarazo. Tomar grandes cantidades de esta sustancia podría provocar síndrome alcohólico fetal, una enfermedad rara y muy grave y, en dosis más pequeñas, influye en el normal crecimiento y desarrollo del feto y del niño nacido.
No es que "solo una copita de vino" vaya a causar un daño terrible al bebé, el problema es que no se sabe cuál es la dosis segura. Por eso es mejor pecar de celo y prescindir de él completamente durante toda la gestación.
El agua y los zumos de fruta naturales recién exprimidos (con moderación) son las mejores bebidas para las embarazadas, aunque si queremos introducir un poco de variedad, hay que tener cuidado con:
Bebidas "sin": No es lo mismo una bebida no alcohólica, como algunas cervezas y vinos, que una bebida sin alcohol. Las primeras pueden tener en su composición trazas de alcohol (menos del 5%) que, si bien tomadas ocasionalmente no perjudicarían al feto, en grandes cantidades o muy frecuentemente sí pueden hacerlo. Mejor revisar bien el etiquetado.
Las bebidas gaseosas : Los refrescos son una buena alternativa, pero con moderación, porque contienen mucha azúcar y gas, que puede resultar molesto, sobre todo en el segundo y tercer trimestre del embarazo. Además, podrían disminuir la absorción del calcio y algunas vitaminas.
Los excitantes: Durante el embarazo, conviene reducir el consumo de cafeína hasta una o dos tazas al día. Hay que recordar que la cafeína no solo está en el café. El té verde y negro, los refrescos de cola y otros tipos de refrescos también contienen cafeína. Si sustituimos estos días el café de después de comer por infusiones de manzanilla, anís o hierbabuena, no sólo estaremos reduciendo el consumo de cafeína, sino también facilitando la digestión.

Aunque aflojemos un poco las reglas durante las fiestas, no hay que perder de vista que los alimentos que nuestro ginecólogo haya "tachado de la lista" por cualquier motivo, además de los considerados no aptos para mujeres embarazadas:

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