Los caprichos de las minicelebrities

chino bravo
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Sean niños o bebés, sus deseos (y los que sus padres entienden por ellos) son órdenes. ¿El resultado? Los caprichos cumplidos de los hijos de las celebrities que dejan con la boca abierta al resto de los mortales.


Suri Cruise, la más regalada

La hija de Tom Cruise y Katie Holmes tuvo un cumpleaños a lo grande. Nada más y nada menos que 130.000 dólares se gastó su papá en regalos como un poni o unos pendientes de diamantes para que su niña estuviera contenta. Pero ahí no acaba la cosa, en otra ocasión, el actor pagó 5.000 dólares por alquilar por una tarde la pista de patinaje del Rockefeller Center de Nueva York y cerrarla para su hija.

Harper Beckham, la única niña

El famoso matrimonio formado por David y Victoria Beckham hace tiempo que deseaban tener una niña, por eso, no repararon en gastos para montar su habitación y se gastaron 240.000 dólares en su decoración.

Blue Ivy Carter, la niña de los ojos de Beyoncé

Cuando la cantante se va de gira, no quiere separarse de su pequeña y, para que no note la diferencia, ha encargado una réplica de su dormitorio en Nueva York. Pero no solo es mimada por sus papás, porque Kelly Rowland (otra de las Destiny’s Child y amiguísima de mamá) le regaló una bañerita cubierta con cristales Swarovski que tiene un precio de 5.200 dólares.

Adele, una mamá muy espléndida

La cantante, que hacía realidad su sueño de ser mamá en octubre, encargó una especie de habitación-discoteca para su bebé. Se gastó 54.000 dólares ¡y solo en luces y sonidos! Seguro que el niño ya apunta maneras de artista, escenario no le falta.

Louis Bullock, amante del arte

El hijo de la actriz Sandra Bullock, a sus tres años, tiene un cuadro de Andy Warhol, que le regaló mamá, valorado en 14.000 dólares.
Un vientre de alquiler muy lujoso

Elthon John y David Furnish compraron una mansión valorada en un millón de dólares a la madre de alquiler justo al lado de la de la pareja. ¡No querían perder detalle de la gestación de su pequeño Zachary! Claro que, cuando el niño nació, acostumbrado ya al lujo, tuvo una decoración de 35.000 dólares para su habitación.

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