1.- La experiencia
Las mujeres que no han dado a luz nunca suelen tener partos más largos y laboriosos que las que lo han hecho al menos una vez.
2.- El desarrollo del embarazo
Ciertas circunstancias asociadas al embarazo, enfermedades maternas o fetales, pueden determinar el tipo de parto.
3.- El inicio del parto
No es lo mismo un parto que empieza de forma espontánea y en el momento adecuado, que uno inducido, o antes de tiempo, o pasada la fecha probable.
4.- El tamaño del feto
Los fetos más grandes de lo normal suelen tener, en general, partos más dificultosos que los de tamaño adecuado.
5.- El estado psicológico de la embarazada
Las expectativas que se tienen, el miedo, las experiencias anteriores y cercanas pueden condicionar el desarrollo del parto.
Es esencial que tanto la madre como el niño estén sanos, pero también lo es no tener una experiencia negativa y poder asumir con naturalidad que no todos los partos son fáciles ni sencillos.
Sea como sea, podemos sacar seguro el lado positivo y tener claro que es el medio para encontrarnos con nuestro hijo, que es la mejor recompensa.