Importancia de la vitamina K en los bebes

M. Bravo
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¿Qué es la vitamina K?

La vitamina K pertenece al grupo de vitaminas liposolubles (solubles en cuerpos grasos). Su nombre proviene de la palabra danesa Koagulation (coagulación) y es conocida como la vitamina de la coagulación sanguínea, ya que interviene en la formación de numerosos procesos que evitan las hemorragias.




¿Por qué es tan importante para la salud del bebé?

Todos los recién nacidos sufren un descenso moderado de la capacidad de coagulación durante los tres primeros días de vida, que se corrige solo después de la primera semana del nacimiento. Esta carencia puede deberse a la falta de vitamina K en la madre pero, sobre todo, a la ausencia de la flora bacteriana intestinal en el recién nacido, que es la encargada de la síntesis de la vitamina K y que antes recibía a través de la placenta.
La escasez de esta vitamina puede provocar en el bebé una predisposición a sufrir hemorragias en cualquier lugar de su organismo, pero en especial en el cordón umbilical, la nariz y el intestino.
Esta patología se conoce con el nombre de enfermedad hemorrágica del recién nacido (EHRN ó HDN por sus siglas en inglés) y para prevenirla se administra una única dosis inyectable de 1 mg. de vitamina K en todos los neonatos. La cantidad mencionada es la suficiente hasta que el niño disponga de flora intestinal y pueda sintetizar la vitamina por sí mismo.
¿Todos los recién nacidos necesitan vitamina K?

Sí, ya que es posible que no tengan la dosis necesaria en su organismo como para defenderse de la HDN.
Aproximadamente un tercio de los bebés que sufren de hemorragia por deficiencia de vitamina K no pertenecen a ninguna de las categorías de riesgo. Aunque suele haber una primera señal de esta enfermedad mediante la aparición de una pequeña pérdida de sangre por la nariz o boca.
¿Hay bebés más propensos a desarrollar hemorragias?

Sí. Algunos bebés caen en categorías de mayor riesgo que otros. Por ejemplo, las posibilidades aumentan en aquellos cuyas madres consumieron anticonvulsivantes, anticoagulantes o medicamentos para la tuberculosis durante el embarazo. También para los prematuros, los presentados de nalgas, los nacidos con la ayuda de extractores de vacío o fórceps y los alumbrados por cesárea. Están también dentro del grupo de riesgo aquellos que poseen una lesión en el hígado, los que tienen dificultad para ser amamantados, los que muestran equimosis o hematomas y los que necesitaron resucitación al momento de nacer.

¿Cómo se suministra la vitamina K?

Como dijimos anteriormente se puede suministrar mediante una inyección, pero también puede hacerse por vía oral. Es más conveniente la inyección ya que se aplica una sola vez. En tanto, si se escoge suministrarla por boca el bebé requerirá tres dosis: una al nacer, otra a los 3 ó 5 días y la última a las 4 semanas de vida.

¿Tiene efectos secundarios?

No. La administración de esta vacuna es recomendada por La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics) y por la Asociación Española de Pediatría.
¿Puedo hacer algo para prevenir la deficiencia de vitamina K en mi bebé?

Sí. En caso de que planees amamantar a tu bebé, lo ideal es darle la primera toma lo antes posible. Esto es porque lo primero que producirá tu cuerpo, aún antes que la leche, es un líquido llamado calostro que está compuesto por múltiples nutrientes, anticuerpos e inmunoglobulina, además de contener altos niveles de vitamina K.

Por otra parte, una vez que te salga leche te recomendamos que hagas que tu hijo vacíe uno de tus senos antes de pasarlo al otro. Esto obedece a que la leche que sale a lo último es la más rica en grasas y posee elevados niveles de vitamina K.
En tanto, si no puedes amamantar a tu bebé no debes preocuparte, ya que la leche maternizada ofrece importantes cantidades de esta vitamina.





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